Trujillo celebró con fervor los 125 años de consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento y el décimo aniversario episcopal  de Mons. Trino Fernández

 

Vicaría diocesana para las comunicaciones

 

Una emotiva y multitudinaria celebración tuvo lugar en la ciudad de Trujillo para conmemorar dos hitos significativos: 125 años de la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento, y el décimo aniversario de la ordenación episcopal de Monseñor José Trinidad Fernández Angulo. Los actos se realizaron el sábado 12 de julio con un programa que incluyó adoración del Santísimo,  procesión desde el templo Santa Rosa hacia la Catedral, renovación de la consagración de Venezuela ante el Santísimo, solemne Eucaristía y actos de reconocimiento al obispo.

La primera exposición del Santísimo Sacramento del día se hizo en la iglesia Santa Rosa de Trujillo, ubicada en el populoso sector de la ciudad capital, a las nueve de la mañana, donde el párroco y la feligresía ya habían realizado actos preparatorios como antesala al magno evento; allí se habían congregado cientos de cofrades con sus uniformes y estandartes de color blanco característico de dicha agrupación apostólica. El padre Francisco Linares, asesor de la Unión Diocesana de Cofradías del Santísimo Sacramento, dio la bienvenida y comenzó las oraciones iniciales. Con la Hostia Consagrada en su custodia, bajo el palio y en medio de una multitud de cofrades acompañados por sacerdotes, seminaristas y diáconos, comenzó la fervorosa procesión por varias calles de la ciudad hasta llegar  a la catedral Nuestra Señora de la Paz.

Una vez dentro del templo se hicieron aclamaciones y se entonaron cánticos de alabanza al Santísimo antes de que el obispo diocesano procediera a dirigir la renovación de la consagración de Venezuela como República del Santísimo Sacramento e impartiera la bendición solemne sobre la multitudinaria asamblea que copó la catedral y espacios aledaños.

 

Doble, feliz y bendecido, aniversario

 

La diócesis de Trujillo unió dos acontecimientos importantes este día, la consagración de Venezuela y la acción de gracias por la ordenación de su obispo diez años antes en la ciudad de Caracas. La fecha propia de la consagración se conmemora el dos de julio y la ordenación episcopal el seis del mismo mes. Debido a la realización de la Asamblea de la Conferencia Episcopal, el evento quedó pautado para este sábado y fue preparado con mucho esmero tanto por la Unión Diocesana de Cofradías como también por el Presbiterio diocesano.

Más de cincuenta sacerdotes, todos los seminaristas trujillanos, unos veinte diáconos permanentes, varias religiosas y un poco más de mil cofrades participaron en los actos. Un armonioso ensamble de músicos dirigió, entusiasta y fervoroso, el repertorio  de alabanza y adoración, así como los cánticos litúrgicos entonando con mucha emoción el Himno Nacional de Venezuela como canto de entrada para la Santa Misa;  dicho evento fue íntegramente trasmitido por la emisora diocesana Paz Fm, Chiquinquireña Radio y por las redes sociales de la diócesis.

La solemne eucaristía comenzó a las once y media de la mañana, presidida por el obispo diocesano y concelebrada por sus sacerdotes. El recogimiento de los presentes y el fervor religioso fueron aspectos destacados durante todo el acto religioso. Una solemne ceremonia y el templo hermosamente decorado por flores trujillanas engalanaban los actos y los espacios del recinto. Las cofradías de las distintas parroquias portaron ofrendas para la misa.

 

“Hoy estamos llamados a crecer en la conciencia de que solo seremos al República del Santísimo Sacramento cuando los hombre y mujeres de Venezuela se adhieran a la persona de Cristo y al programa de vida que Él propone, a sus enseñanzas, y cuando ese programa se haga presente y penetre todas las dimensiones de la vida social, económica y política  de nuestro país, ya que una fe que no se hace cultura, es una fe que no ha sido plenamente acogida”, dijo monseñor Trino durante la homilía.

 

El Pastor diocesano nos invitó a renovar el compromiso de trabajar como Iglesia por la reconciliación, la tolerancia y la inclusión de toda la sociedad trujillana y venezolana en general, poniendo como modelo y ejemplo al Beato José Gregorio Hernández. “El camino es largo y difícil para alcanzar una Venezuela mejor, pero no debemos claudicar en ese empeño. Coloquemos hoy ante el Señor Sacramentado nuestra suerte y con ella los destinos de nuestra Patria, siempre bajo la maternal protección de Nuestra Señora de la Paz”, dijo el Obispo.

Monseñor Trino también manifestó gran regocijo por el décimo aniversario de su ordenación episcopal rememorando a los obispos de su Iglesia donde recibió la vocación sacerdotal,  Mérida, y de Caracas donde ejerció durante años el ministerio sacerdotal y episcopal. Agradeció la generosa acogida del presbiterio, religiosos y los fieles laicos que se han mostrado fraternales y solidarios; solicitó que sigan orando por su ministerio para que tanto su episcopado como el de los sacerdotes que le acompañan pongan en práctica que la elección del Señor es para que “vayan y den frutos”.

 

Júbilo y gratitud

 

La eucaristía se prolongó hasta la una y media de la tarde: particularmente significativo fue el momento de recibir la sagrada comunión donde participó casi la totalidad de los presentes.

Antes de la bendición final el padre Francisco Linares expresó un emotivo agradecimiento al obispo, presbíteros, diáconos, cofradías y movimientos de apostolado; también hizo entrega de presentes al pastor diocesano, a los sacerdotes arciprestes y a sus hermanos presbíteros que desde diversas coordinaciones eclesiásticas brindaron su apoyo al evento.

 

En nombre del presbiterio trujillano intervino el padre José Gregorio Escalona, vicario diocesano para el clero, manifestando el júbilo de la Iglesia trujillana por compartir un año más de ministerio episcopal del obispo entre nosotros, destacando su labor pastoral y augurándole un fructífero pastoreo  con la colaboración y oración de sus diocesanos .

Monseñor Trino recibió algunos presentes de sus sacerdotes , y expresó el profundo agradecimiento a su presbiterio, diáconos, religiosos y movimientos de apostolado. Aprovechó  la ocasión para felicitar a los organizadores del evento e invitó a continuar en la tarea de consolidar una Iglesia diocesana  cada vez más unida en comunión, sinodalidad y evangelización permanente.

Para cerrar el evento, después de la bendición solemne, se cantó del doble cumpleaños feliz con sus respectivas tortas por el 125 aniversario de la consagración de Venezuela al Santísimo y el décimo de la ordenación episcopal del obispo. Como de costumbre la feligresía se acercó para saludar y felicitar a su pastor diocesano.

 

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